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Conocemos como Lambayeque a una civilización prehispánica que se asentó en la costa norte de Perú alrededor de los años 750 y 1375 d.C. Este grupo cultural también es conocido como Sicán por algunos investigadores, y a ellos se les atribuye la construcción de importantes centros ceremoniales y políticos en la región ubicada entre los ríos La Leche, Lambayeque, Reque y Zaña.
A causa de las investigaciones realizadas con relación a esta sociedad, se sabe que su influencia se extendió más allá de sus fronteras debido a la gran habilidad que tuvieron para establecer relaciones comerciales con grupos asentados en los valles cercanos.
En la actualidad, existe un debate entre los investigadores acerca de la terminología adecuada para referirse a la cultura prehispánica del norte del Perú. Por un lado, algunos proponen el término "Lambayeque", mientras que otros prefieren el término "Sicán".
Esta disyuntiva no solo implica cuestiones terminológicas, sino también aspectos fundacionales y cronológicos que dependen de la región donde se realizan los estudios. Siendo "Lambayeque" la denominación más común para referirse a la cultura prehispánica que se desarrolló en el periodo Transicional y llegó hasta la expansión del Imperio Chimú en los valles norteños.
La crónica del siglo XVI, atribuida a Miguel de Balboa, narra una leyenda acerca del origen de los Lambayeque. En ella se cuenta que, en tiempos antiguos, llegó a la costa un ser llamado Naylamp, acompañado de su esposa Ceterni, varias concubinas y oficiales. El grupo trajo consigo un ídolo al que llamaban Yampallec y se establecieron en el entonces conocido como río Faquisllanga, donde construyeron su palacio.
La cultura Lambayeque se extendió por gran parte de la costa norte del Perú, pero su centro político y económico se ubicaba en los valles de La Leche y Lambayeque, en los complejos arqueológicos de Sicán, Túcume y Chotuna-Chornancap. Estos complejos contaban con hasta 30 edificios monumentales de adobe. A pesar de la importancia de la cultura Lambayeque, muchos sitios arqueológicos han sido afectados por la agroindustria y el urbanismo.
En cuanto a la cronología Lambayeque, según Izumi Shimada (1995), podemos hablar de tres épocas definidas; estas son:
Una época de transición cultural en la que se evidencia la decadencia del orden Mochica y la influencia de diversos estilos culturales, especialmente del Huari. Se destacan las botellas globulares con rasgos ornitomorfos que son consideradas antecedentes del célebre "Huaco Rey". La mayoría de las evidencias provienen de cementerios y se tienen pocas edificaciones para inferir un patrón arquitectónico, aunque se destaca la presencia de edificaciones adyacentes al cementerio Transicional de San José de Moro.
Fue una época de gran desarrollo económico y cultural en la que se evidencia una notable especialización de las actividades productivas y la ampliación de la frontera agrícola a gran escala. La metalurgia permitió el desarrollo de la orfebrería y la posesión de artefactos de metal se convirtió en sinónimo de prestigio.
Las edificaciones principales estaban compuestas por pirámides truncas y recintos bellamente decorados con las deidades vigentes. El discurso fundacional del "Huaco Rey" promovió el desarrollo de una sociedad clasista, aunque cambios sociales y un mega niño promovieron el colapso de las élites en Batán Grande alrededor del 1100 d.C.
En este periodo, la élite volvió a establecerse en dos grandes asentamientos, Túcume y Chotuna-Chornancap, después del abandono de varios de los edificios principales de Sicán. No obstante, esto trajo consigo un debilitamiento de la deidad clásica Sicán y un cambio en los diseños de artefactos, se evidencia un restablecimiento de las actividades productivas destinadas a abastecer a la élite con bienes de prestigio.
La ocupación Lambayeque también se extendió al Complejo Arqueológico El Brujo. La evidencia de esto se ubica en el cementerio que cubría el frontis de Huaca Cao Viejo, donde se localizaron alrededor de 400 entierros. Gracias a este hallazgo se puede conocer la forma cómo esta civilización enterraba a sus muertos.
Los Lambayeque enterraban a sus muertos en fardos funerarios, utilizando cuerdas y textiles de algodón para envolver el cuerpo en una postura sentada y flexionada. Se colocaban placas metálicas en la boca y en el rostro, y se añadían accesorios y pintura para dar una apariencia humana al fardo. Este ritual refleja la creencia en una vida después de la muerte y la necesidad de acompañar al difunto con objetos y vestimenta para sobrevivir en el más allá.
¡Visita el Complejo Arqueológico El Brujo y conoce más acerca de la ocupación Lambayeque en este asentamiento arqueológico prehispánico!